Mineralientage 2010
Pues ya se celebró. Como siempre con una buena afluencia de público y ambiente festivo. Ya en el hall de entrada se podían contemplar dos drusas de amatista de más de mil kilos cada una, y una banda de música para dar la bienvenida. Algunos organizadores españoles harían bien en darse una vueltecita de vez en cuando por ahí fuera.
Pues ya se celebró. Como siempre con una buena afluencia de público y ambiente festivo. Ya en el hall de entrada se podían contemplar dos drusas de amatista de más de mil kilos cada una, y una banda de música para dar la bienvenida. Algunos organizadores españoles harían bien en darse una vueltecita de vez en cuando por ahí fuera.
Desde la edición del año pasado con la ampliación de tres pabellones (A6, A5 y A4) a cuatro (A6, A5, B6 y B5) la feria ha mejorado en varios aspectos. Uno, que hay más espacios de descanso y bares con mayor número de expositores; otro que se ha roto el esquema de los comerciantes de élite en el A6 y la purria en el A4. Ahora, aunque los más antiguos siguen aferrados al A6 los demás se distribuyen más razonablemente. En el A5 estaban los fósiles, con reproducciones muy chulas para gozo de los peques y como aun la temperatura era agradable para pasar de los A a los B se podía cruzar por el amplio patio, incluso comer al aire libre en las mesas de madera que hay dispuestas al efecto.
La variedad de oferta como siempre alucinante. Uno se pregunta si existen cuellos suficientes para ponerse los miles de hilos de cuentas para collares que se exhiben. Los monográficos muy bien. El de minerales de Brasil, que se presentaba como la estrella del evento realmente bueno. Algunos coleccionistas miraban los increíbles cristales cariacontecidos, supongo que pensando en tirar a la basura todas sus piedras cuando llegaran a su casa.
En el B6 presencié, a mi juicio dos exposiciones singulares. Una con una muestra de minerales para ciegos. Sí, sí, para personas ciegas que podían tocar a su antojo piezas escogidas y leer en Braille las explicaciones. Y otra la de unos coleccionistas llamados Robert Jacob y Markus Klein que han tenido la feliz idea de conjuntar insectos (sobretodo mariposas y escarabajos) con minerales. El resultado son sesenta parejas de una apariencia asombrosamente similar entre el bichito y la piedra. La mayoría de las personas que contemplaban las vitrinas mostraban una sonrisa de admiración. Trabajo muy bueno. Han editado un libro con fotos en colaboración con el Museo de Historia Natural de Baviera. Arriba pongo un par de muestras.
Por último una web interesante para los piedra adictos http://www.dmf-international.de/ de una asociación de profesionales de minerales, fósiles, piedras preciosas y joyería europeos. Tienen información de las principales ferias europeas y un código ético para sus miembros.
Como ya es habitual al regresar me encontré en el equipaje facturado con el papelito de la policía de que había sido abierto e inspeccionado su contenido por motivos de seguridad. Se siguen mosqueando cuando ven por el scaner una maleta con veinte kilos de piedras.
