Las fotografías nos muestran una esmeralda con relleno de fisuras (izquierda) y el resultado (derecha) después de haberla sometido 20 minutos a la "limpieza" con ultrasonido.
!Se ve que tenemos que seguir insistiendo con nuestros consejos y advertencias a joyeros y talleres!
Sí, este es uno de los quinarios por el que hemos pasado todos los que tenemos o hemos tenido taller. En mi caso tuve una empresa de baños electrolíticos.
ResponderEliminarAntes de proceder al recubrimiento metálico (rodio, oro en distintos tonos, paladio, rutenio...) es preciso efectuar una serie de pasos, uno de los cuales es el perfecto desengrase de la pieza en cuestión. Y ahí aparecía el problema, aunque el cliente estuviera advertido luego ponía mala cara y argumentaba que algo más le habíamos hecho a sus piedras.
En el último Gold Time, en su columna, Luis Catalán cuenta algo parecido con un diamante tratado yehuda.
Habría que hacer como los médicos: no intervenir mientras no nos firmen un documento en el que el taller o el laboratorio no se hace responsable de las alteraciones que sufran las piedras por el mero hecho de limpiarlas.
Viene a cuento una anécdota ocurrida en mi etapa de electroquímico. Un cliente me lleva una partida de piezas de oro blanco con brillantes para dar baño de rodio. Cuando la recoge me dice que los brillantes tienen mucho color. Le explico que tienen el mismo color que tenían (eran más malos que un dolor)y me dice el buen señor que él creía que el baño de rodio lo mismo que ponía blanco el oro también mejoraba el color de los brillantes.
ResponderEliminarLo despedí con buenas palabras mientras pensaba: - anda que si yo pudiera cambiar el color de los brillantes iba a estar aquí trabajando para tipejos como tú.